la frase del momento

"¿No es la cerveza la bebida de la sinceridad, el filtro que disuelve toda hipocresía, toda la comedia de los buenos modales, e incita a sus aficionados a orinar sin pudor y engordar con despreocupación?"

M. Kundera


martes, 30 de enero de 2007

dejadme llorar, orillas del mar

Dejadme llorar, orillas del mar.

No es mi acostumbrada referencia a Góngora. Quien me conoce sabe de mi debilidad por esa delicada estrofa que canta: Caído se le ha un clavel, hoy a la Aurora del seno. Qué glorioso está el heno, porque ha caído sobre él. Pero esa es otra historia.

Tengo motivos para la más desconsolada tristeza: una vieja amiga está en un incomprensible estado de stand-by, ausente, ida: mi ordenata, amigos, ha muerto. He ocupado(no sé si con K) otra estación cibernética para clamar desconsolado a las cuatro esquinas de la red mi trágica pérdida.

Dejadme llorar, orillas del mar.

Recurro a la fe del carbonero, la fe del informático, reinicio compulsivamente esperando infructuosamente respuesta... Nada.

Y vuelvo a mi letanía ahogada: Dejadme llorar, orillas del mar.

Recurro a la fe más irracional. Lanzo mis pregarias más desesperadas: lanzo mis más sentidas oraciones al cuerpo de informáticos a los que, como una cohorte de curanderos, confío con sus artes taumatúrgicas mis últimos resquicios de esperanza, para ver si con cuatro cabezas de ajo y pelos de gato en celo logran intervenir en lo inescrutable, en el misterio y en lo sant cristo de Balaguer.

Dejadme llorar, orillas del mar.

Cuando me sature de ahogar mi pena en mis lágrimas, cambiaré las orillas del mar por la barra de un bar.Única certeza que, snif, nunca falla.

viernes, 26 de enero de 2007

Sobre el espíritu competitivo

Los grandes proselitistas del mercado no pierden nunca ocasión de ensalzar las bondades de la competencia en todos los ámbitos de la sociedad. De hecho, de esta sencilla idea se desprende el corpus teórico de lo que se ha venido a llamar, de un tiempo a esta parte, neo-liberalismo.

A mí este planteamiento, personalmente, me resulta desazonador. Básicamente, porque no tengo un espíritu competitivo. De hecho, me fastidian las luchas de Egos que se baten como machos cabríos para hacerse con la preeminencia de ser el más fetén. Por ejemplo, me hace perder todo el goce de una amena partida de cartas cuando alguien muestra un especial afán por la victoria. Resulta agotador soportar esas ansias que rezuman todos sus gestos y le quita todo el encanto de una amena partida de tal forma que no reparo en ceder para que el ambiente sea natural. No entiendo ese desaforado interés en una partida amateur en la que no hay un duro presidiendo.

La cuestión es que yo me marco objetivos que tienen un significado para mí, bien porque sacia mis inquietudes, bien para superar algún vicio molesto. Considero que es una actitud éticamente intachable y, para que nos vamos a engañar, encomiable. Ahora bien, resulta que, para lo bueno y para lo malo, vivo en sociedad y me planteo, no sin inquietud, hasta qué punto no debería yo desarrollar ese ánimo y, desde luego, esa habilidad considerando tanto la importancia que se le otorga como su necesidad para la supervivencia.

Desde luego no pretendo discutirle a expertos en economía, pero creo que se sobrevalora este comportamiento y, mucho peor, ello nos lleva a confundir y distorsionar los valores verdaderamente interesantes. La cuestión no es, ni mucho menos, potenciar e inculcar en una sociedad el espíritu competitivo. Recordemos que la competencia, tal y como nos aclara la RAE es 1. f. Disputa o contienda entre dos o más personas sobre algo. 2. f. Oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a obtener la misma cosa.

Si se me permite la osadía, dudo que eso resulte enriquecedor más allá de para aquellos que partan en ventaja. Me parece mucho más oportuno estimular la libertad, la igualdad, la iniciativa, la imaginación y el ingenio para asegurar la prosperidad y el bienestar que no una dinámica competitiva que no genera más que disputas, tensiones e injusticias. Un ejemplo: la competencia del PSOE y el PP por ver quién es más estupendo no lleva más que tensiones, maniqueismos, discusiones bizantinas que son totalmente improductivas.

jueves, 25 de enero de 2007

La calma más total

En esta casa
el tiempo pasa...

Tras pocas pero intensas estancias en el piso franco ya puedo ofrecer una opinión más o menos descriptiva y real (desde mi subjetividad, claro está) de lo que se acontece entre estas paredes paĺidas satén. Efectivamente, no se trata de un Taj Mahal, no encontraremos en él ningún lujo ni capricho económicamente exagerado... eso se agradece. Dicen (nunca se quien lo dice pero se dice ¿?) que un piso es el reflejo de los espíritus que en el habitan; este caso es un notorio ejemplo de ello.

He aqui un hábitat sencillo cuyo único decoro son los restos biodegradables, o no, que se acumulan en diferentes zonas y rincones agravando ese síndrome de Diógenes que afecta tan acusadamente a sus inquilinos. No obstante, esa materia (mierda) tiene un carácter dinámico y variable que favorece la creación de una atmósfera muy cálida y humana... y eso se agradece. Estamos hablando de un refugio urbano aislado de las coordenadas espacio-temporales que contrastan con la realidad palpable en el exterior, ese exterior presente y alejado a la vez que, cuan cuadro en el museo o televisor, se observa desde sus altos ventanales. Es un espacio de motas de polvo, de rayos de sol matutinos, de farolas prostituyéndose, de guitarra desafinada, de música punky melancólica, de guindilla en exceso, de mantas blandas y drogas cariñosas. Entrañable.

Para mí que aparecí como un acompañante de Sgt. Peppers, entre llantos de The Smiths y hundido en ambientes de mercromina, fue (y es) un mundo de calma, una nube de humo atemporal que me envuelve, una bolsa amniótica protectora y fértil. Todo se sucede con parsimonia, entre charlas políticas y hormonales, entre naipes y cafés. Sede de la gastronomía y el buen beber, infierno celestial del exabrupto correcto, dispersión en la nada y comprensión del todo. Carpe diem et noctem y beatus ille en un solo pack. Como diría el poeta "la calma más total".

Pos eso...
en esta casa
el tiempo pasa.

martes, 23 de enero de 2007

danzas internas del vacío

Los jinetes del vacío cabalgan en mi pecho con sus astronaves con ruidos. La nada retumba en mi cabeza, recordándome hacia donde zozobro, en el pensamiento. Yo sólo soy éste que vaga en sí mismo. Reduje mi Ego confiando ser un número primo y me encontré que el espíritu me huele a pedo. Una putrefacción antigua hallé en mi alma y me costó asumir que se me había echado a perder. Se me ha debido morir de inanición.

No sé si con mi antigua alma putrefacta podré abonar el terruño, para al menos, ver qué sale; una sequoia gigante o un cardo borriquero.

Mientras tanto, la aerofagia persiste e ignoro si ese qué sé yo que me abandona es mi alma, mis ideas, mi voluntad, o mi sino.

De las metáforas y su buen uso

Decía Johann Wolfgang von Goethe que "Todos los días debiéramos preocuparnos por escuchar buena música, leer hermosos poemas, extasiarnos en lindas pinturas y hablar palabras razonables". Replicábale Yassin Benani, ilustre y joven usuario de Wikiquote, que "La poesía es como los anticonceptivos, si no tienes con quien usarla no sirve de nada". Aprovecho la ocasión que me brindan este blog y los rastreadores de google para dedicarle un afectuoso saludo, si azarosamente llega hasta aquí.

Sin embargo, reflexiono: ¿Qué motivo, más allá de la adoración platónica de la belleza, encierra la metáfora? ¿Es timidez? ¿Es jugueteo? ¿Es anhelo de gozar el aroma de azahar?

Resulta un ejercicio divertido el pedir a diversas personas de influencias dispares que interpreten una misma metáfora. Haced el experimento. He obtenido interesantes resultados (y grandes momentos de placer hilarante) pidiendo a amigos y amigas (en este caso el uso antigenérico no es trivial) que interpretasen frases como "cuando sale, el sol empieza a bailar y cuando ríe, el mundo entero me da igual. Y al despertar se acabó la primavera".

Sin embargo, sufridos lectores, yo debo reconocer que, será por poca paciencia, por falta de sensibilidad, o por dureza de mollera, el caso es que soy de los que prefiere el entrecot a la plancha ante la espuma de boniato con guisante cristalizado al perfume de Oporto.

Otro día hablaremos en profundidad de las paradojas, pero hoy me trae más de cabeza la blanca flor. Cualquiera.


Coda: "Mentir es otra forma de decir: te quiero". Ricardo Arjona.

lunes, 22 de enero de 2007

Nuestra musa

Nuestra musa es una ninfa que frecuenta nuestra calle con horarios más o menos irregulares. En nuestros ratos de dispersión que, como es público y notorio, son frecuentes, la buscamos con la mirada desde la ventana, experimentando un espontáneo gozo cuando la encontramos. Nuestra musa tiene un carácter arrollador y, para que negarlo, poco discreto que llena nuestra ventana y llama nuestra atención. Sus andares son toda una presentación. Es una jovencilla de cuerpo frágil y delicado que contrasta con su carácter y su actitud provocadora y desafiante, todo ello perfectamente cerrado por su rostro. Su rostro está marcado por la sabiduría de la calle. Facciones duras,descuidado, hubiese hecho las delicias de un artista expresionista. Su prominente frente, su nariz aguileña, sus afilados pómulos que ocultan sus todavía infantiles mejillas y sus finos labios, por no hablar de la larga coleta que recoge una negra y grasienta melena lacia, acompañan perfectamente el carácter aguerrido de la mocita. Ciertamente, os lo aseguro, puede llegar a dar miedo.

La cuestión es que experimentamos una extraña mezcla de fascinación y curiosidad por ella. Seguimos sus movimientos y nos preocupamos por ella cuando una mañana no asoma. Como una madre abnegada, nos inquietamos pensando qué tipo de imprevistos la pueden haber hecho ausentarse. Por ello cuando la vemos repartir su desparpajo al día siguiente nos embarga una sensación de tranquilidad y armonía que nos hace gozar aún más de su presencia.

Con todo, ignoramos todavía su actividad. Por su porte y actitud habíamos llegado a especular que pudiera llevar cierto papel preponderante en alguna de las empresas habituales de la zona. Pero no descartamos y es la hipótesis que más fuerza está adquiriendo, que tenga diversificada su actividad. Seguiremos observando.

Hoy está particularmente hiperactiva y ciertos movimientos desacompasados hacen pensar que hoy ha buscado sol lejos del nublado cielo de enero. Que una panda de ángeles de la guarda la cuiden.

martes, 16 de enero de 2007

Kit de supervivencia I: Vocabulario básico

Maniqueísmo: Tendencia a interpretar la realidad sobre la base de una valoración dicotómica.

Referente: Término modélico de referencia.

Enemigo: Persona que tiene mala voluntad a otra y le desea o hace mal.

Conspiración: Acción de unirse contra un superior, o de unirse contra un particular para hacerle daño.

Cortoplacismo: Doctrina filosófica que considera la planificación a largo plazo como una perversión.

Sobre el orgullo

Hay gente que siente orgullo por cosas extrañas. Yo en mis tiempos mozos tenía a bien con un bello ligue que hizo las funciones de mi primer amor llamar a mi pene "Orgullito", fuese o no fuese el caso. Desde luego tener un pene de dimensiones precisas, de erección fácil, constante y duradera es motivo más que sobrado de orgullo.

Luego hay horteras inmisericordes que sienten un infuso orgullo de haber nacido en un cacho de este sufrido planeta. No cabe duda que hay perversiones de todo tipo y si hay gente que adora que la humillen, que la fustiguen, zoofílicos, coprófagos y demás aberraciones no vamos a dejar de respetar a la peña que sienta tal parida. Ahora bien, recordemos que el coprófago lleva su perversión en la más absoluta de las intimidades, reconociendo que al resto de la humanidad le puede parecer repugnante verle comer mierda, procura no hacerlo en público. Ciertamente es una actitud que le honra y aprovecho la oportunidad que me brinda este foro para lanzar un cálido agradecimiento a todos los coprófagos que lo llevan con discreción: sinceramente, gracias. Ahora bien, los depravados orgullosos de haber nacido en un cacho de tierra tienen la desagradable manía de restregarnos sus desviaciones por la cara al común de los mortales, de una forma que se me antoja agresiva, posiblemente debido a que en su degeneración mental conciben que por ese sentir, a modo de esquizofrenia, ese cacho miserable de tierra es indudablemente suyo.

No hace falta decir que de suyo nanay de la China y que su elevados sentimientos se lo guarden para la alcoba, como el coprofílico que se caga encima de su novia. Pero es que encima, en su demencia impenitente pretenden que el común de los mortales compartamos tan desviadas tendencias. Francamente, no sé que fenómeno psiquiátrico padecen, pero al igual que yo no estoy en situación de marcarles que dejen de concebir tanta mierda, resultaría muy de agradecer que no pretendieran que la suya es la legítima forma de, la verdad, no sé qué percepción de las instituciones públicas. Vamos, que cuando me hablan de la Nación Española o els Països Catalans no tengo ni repajolera idea de qué coño me hablan. Vaya, como si le hablaran de Dios a un ateo.

En definitiva, permítanme que utilice este medio para recordarles a estos mediocres individuos que el orgullo hay que tenerlo por cualidades excepcionales que uno haya sido capaz desarrollar y no por casualidades vanales. En todo caso concédanme que me remita a la elegancia de un diccionario, en este caso, de la RAE:

orgullo.
(Del cat. orgull).
1. m. Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas.

lunes, 15 de enero de 2007

Episodio IV: Una nueva esperanza

HACE MUCHO TIEMPO, EN UNA GALAXIA MUY, MUY LEJANA...

Es un período de guerra civil. Naves rebeldes atacando desde una base escondida han ganado su primera victoria contra el malvado Imperio Galáctico.

Durante la batalla, espías rebeldes gestionaron el robo de los planos secretos de la arma definitiva del Imperio, la Estrella de la Muerte. Una estación espacial acorazada con el poder suficiente para destruir un planeta completo.

Perseguidos por los siniestros agentes del Imperio, la Princesa Leia Organa corre a casa a bordo de su nave, custodiando los planos robados que pueden salvar a su gente y restaurar la libertad en la galaxia...


Nota mental: Lo que no sabía yo es que Darth Vader retiraría la Estrella de la Muerte tras la primera incursión de Luke Skywalker. Habrá que ver si Obi Wan sobrevive a la batalla, o si el lado oscuro es demasiado poderoso.

Que la fuerza nos acompañe...

sábado, 13 de enero de 2007

Las consecuencias de las pequeñas y de las grandes decisiones vitales

Sí, lo sé; era una consecuencia esperable. Asomo al blog anticipadamente para anunciar que me ha dado un calambre en el brazo jugando al tetris. Pequeña decisión vital que ha traído, cuanto menos, dos consecuencias negativas: he perdido miserablemente la tarde y tengo el brazo jodido.

Con todo, puedo informar, con la alegría contenida que se merece, que he superado mi propio record situándolo en 66110 gloriosos puntos. Seguiré trabajando, como siempre y en todos los ámbitos, para mejorarme a mí mismo.

Pero de momento vuelvo a la tranquilidad de lo cotidiano y me voy a ver qué se cena en esta casa.

Señores.

Y señoras (por supuesto).

A los clásicos me remito

Una morena y una rubia,
hijas del pueblo de Madrid,
me dan el opio con tal gracia
que no las puedo resistir.
Caigo en sus brazos ya dormido,
y cuando llego a despertar,
siento un placer inexplicable
y un delicioso bienestar.
¡Ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja!
Y es que las dos,
¡ja, ja, ja, ja!
se deshacen por verme contento,
¡ja,ja,ja,ja!
esperando que llegue el momento
en que yo decida
¡ja,ja,ja,ja!
cuál de las dos
me gusta más.

buscando una conexión, tal vez neuronal

Yo lo asumo; estamos dispersos. Imbuidos tal vez por la deficiente conexión internáutica que nos está ofreciendo la dichosa naranja francesa, nuestros cer(l)ebros colectivos están en un stand-by odioso, en una incapacidad de generar pensamientos constructivos, de dirigir la voluntad hacia fines oportunos. Mientras tanto, los platos sucios se acumulan en la pila, la ropa está por destender, el libro de estadística, esa ciencia tan amada, va cogiendo polvo, los viajeros amazónicos van siendo sepultados por el olvido y el desinterés y El Supremo sabrá que obligaciones estatutarias estará el otro ataráxico desatendiendo. Reconozcámoslo, el mundo está girando independientemente del Piso Franco

Hay ociosidades constructivas, como consagrarse a las exquisitas aficiones de cada uno, bien sea la filatelia o el onanismo. Tiempo que es hurtado al tedio y que da fuerzas de encarar el coñazo general que nos asalta comúnmente. Pero desengañémonos, no es ese el caso. Estamos como un par de leonzuelos enjaulados en nuestra dispersión. Yo aprovecho este medio para acusar a ese par de cafés dobles que nos hemos metido cada uno entre pecho y espalda, más que por experimentación por tacañería y adicción. Niños y niñas: no lo probéis en vuestras respectivas casitas, ni mucho menos cuando hayáis pasado una noche toledana (Tolerancio, un saludo, hijo) como el menda. Ahí está el quid de la cuestión. Hay una vocecilla misteriosa que me insiste que tenía que haber dedicado la puta tarde a la sagradísima siesta (¡Ayy!) y no a deambular como alma en pena por mi dispersión... la culpa, del café. Por eso, amigos, me resigno y tiro la tarde miserablemente a la basura jugando al tetris.