la frase del momento

"¿No es la cerveza la bebida de la sinceridad, el filtro que disuelve toda hipocresía, toda la comedia de los buenos modales, e incita a sus aficionados a orinar sin pudor y engordar con despreocupación?"

M. Kundera


lunes, 27 de agosto de 2007

blasfemia contra el cortoplacismo y la Furia incontenible de El Sátiro del Raval

Ya hemos clamado con la moderación pertinente sobre los perversos vicios del vano idealismo platónico. Con todo, en el caso del amor platónico podía llegar a ser algo inocuo o incluso venial, de hecho, puede no pasar de consuelo del desconsolado que ve inalcanzable el único y verdadero amor carnal, ya que la vida es muy dura y cruel, consagrándose, si no ejercitándose, en las artes de la lírica que, según dicen (yo, desgraciadamente, no lo he comprobado, cuando he recurrido a esas ardides me he llevado un contundente rechazo), pueden resultar efectivas para futuras chances.

Pero hay otras suertes de idealismo realmente perniciosas. Si bien el amor platónico tiene una base material, es decir, real, hay otros que se centran en elementos sin fundamento, un híbrido de la mente monstruoso, una especie de hidra de la conciencia que a golpe de cultura, algunos desgraciados seres humanos han generado en su mente, o más bien, se ha instalado en su mente, como parásito destructor (seguro que existe término biológico que vaya pintiparado, pero no voy a documentarme para saciar mi pedantería, no sufráis) que prácticamente la substituye.

Si bien el estúpido amoroso idealista puede llegar a ser devastador, sólo hay que abrir la sección de sucesos cualquier día para confirmar tan dramática circunstancia, el idealista abstracto(suena redundante, eh) en situaciones no tan extremas, tiene una capacidad de degeneración mucho mayor, ya que tiene una vocación gregaria enorme y un cuerpo teórico legitimado que anula al individuo y lo hace esclavo de una serie de elementos totalmente ajenos a la vida y sus verdaderos placeres sensibles.

Así, el idealista abstracto vive sin vivir en sí por cuestiones etéreas, irreales, absurdas. Hoy, sin ir más lejos, hemos podido constatar esta asombrosa circunstancia. Leíamos hoy en el, lamentablemente pagado por todos los catalanes, diario Avui, el alucinante, desconcertante, artículo de opinión de, por lo que nos han comentado, su director, en el que manifiesta su ansia, literal, de chute de identidad. Cuánta degeneración. Su dosis se fundamentaba, ni más ni menos, en la dudosa hazaña de que sonase el himno oficial catalán en un partido de un equipo de rugbi de Perpiñán, manifestando su total desinterés por el sin duda vibrante deporte. Inaceptable sandez que desprecia lo substancial y sobrevalora lo circunstancial.

http://www.avui.cat/article/opinio/4596/bany/didentitat.html

Sin duda, en su innegable sabiduría y su incuestionable ansia de justicia poética, el Sátiro del Raval se ha visto obligado a intervenir y, de forma simbólica, le ha evitado tan estúpida satisfacción con el retraso de la retransmisión por la publicidad, evitándole consumar tan impúdica pretensión.

Muchacho, empieza a redirigir tus deseos en cuestiones reales, universales, sensibles, y no en satisfacer tu Ego provinciano. Desde el Piso Franco nos tomamos la libertad de sugerir que te consagres a la degustación de suculentos manjares, a la libación de delicados caldos, al goce de libidinosos placeres, a la contemplación artística, al contacto con la naturaleza, en definitiva, a vivir. Te aseguro que es un buen consejo, sino, te verás abocado a la desazón que ilustra con clarividencia Pla y, además, por una esperanza vana y absurda.

lunes, 20 de agosto de 2007

La epifanía del sátiro del Raval

Entre cánticos dionisiacos, danzas voluptuosas y desenfreno etílico, celebramos hoy en el piso franco la llegada al mundo de nuestro mesías, nuestro paladín, nuestro guía espiritual. Un anticristo venido de nuestras peores resacas, de nuestras libidinosas pesadillas, de nuestros ínfimos momentos de lucidez.

El mundo no volverá a ser el mismo... y este blog tampoco. Fe de ello presta el escudo de armas del piso franco, visible en adelante en la cabecera de la web, tal como establece la ley de banderas 39/1981 acordada por el Muy Honrado Consejo del Piso Franco.

martes, 14 de agosto de 2007

Odios íntimos y personales

De vuelta a la detestada estadística, como un sino irrefrenable del que no puedo escapar, tras afrontada, prácticamente de forma milagrosa, mi también despreciada tesina. Cuando sea ya un recuerdo de momentos pasados, tendré a bien colgarla para goce del ciberespacio, para que quede como testigo inadvertido de mi sacrificio.

No puedo dejar de volver a los orígenes y cagarme solemnemente en esa depravada disciplina llamada estadística. Clamo, pues, nuevamente, mi odio irreconciliable a esta puta mierda.

Aprovecho, con todo, para incorporar a mi conocida animadversión el no menos merecido y contundente repudio a esa estupidez burocrática que constituye el perverso CAP. No quiero dejar de hacer llegar al mundo mi desprecio por los pedagogos, una de las más lamentables manifestaciones de los vicios del mundo académico. Sin duda, mejor hubiese sido para la humanidad que no hubieran existido nunca.

Nada más íntimo y sentido que un odio bien asentado. ¡Qué placer en la indignación!