la frase del momento

"¿No es la cerveza la bebida de la sinceridad, el filtro que disuelve toda hipocresía, toda la comedia de los buenos modales, e incita a sus aficionados a orinar sin pudor y engordar con despreocupación?"

M. Kundera


viernes, 20 de abril de 2007

Ejemplos edificantes de sano cortoplacismo en la Amazonía

Explica en 1941 el ingeniero Julio César Granja en su relato nacionalista reivindicativo del Oriente ecuatoriano:

Esta vez, en el Puyo, el domingo no tenía sino un olor a taberna
Julio César Granja, Nuestro Oriente, 1942, p.33.

Hay cosas que, afortunadamente, no cambian.

Desde el foro que me brinda la red aprovecho para lanzar un ecuménico homenaje a las gentes de Puyo, la provincia del Pastaza y el Oriente ecuatoriano en general, al ser un ejemplo sabio y humilde de cortoplacismo saludable y de perfecta concepción vital. Porque la humanidad se desarrolla con más naturalidad en medio de la selva que entre cemento y anonimato. Que el progreso no os lleve a la alienación, amigos.

Permitidme un par de ejemplos de superioridad moral de gente de esas tierras todavía no contaminados por la decadencia espiritual cristiano-capitalista:


Las mujeres reanudaron el primer baile cantando; “Ya la chicha nos ha bien emborrachado, ahora sí estaremos muy alegres, y si los hombres pidieran nuestros favores a todos se lo concederemos”.[...] Siguieron otros bailes totalmente salvajes, con aullidos y silbidos, y que creo inútil narrar. Se terminó esa saturnal solamente a eso de la medianoche al desaparecer la luna.
Vicente Bravo, Viaje al Oriente, 1906, p.28.

Ni bien tienen chance de conservar bastante carne ahumada para su necesidad de algunos meses, pasan la mayor parte del tiempo recostados en sus hamacas en la inmovilidad más completa.
Gaetano Osculati, Exploraciones de las regiones ecuatoriales, 1846, p.141.

jueves, 19 de abril de 2007

De los viajes súbitos y efímeros

Siempre es interesante reencontrarse con uno mismo indagando en el interior de los demás y descubrirse con sorpresa ante lugares y situaciones otrora desconocidos. Comprender mis propias reacciones me ayuda a asumirme, pero también amplía mi limitada capacidad de reflexión. Será por eso que adoro viajar...

Es la Normadía una tierra húmeda y rica, que se sobrepone con fuerza a sus circunstanciales moradores. Éstos han sabido respetarla y cabalgar a su lomo, y son grandes amantes de la sidra y el Calvados. La paz del Sena embriaga, y los bosques en primavera hacen pequeñas las paletas de los impresionistas, tal es su riqueza.

Rouen brilla con fuerza prestada por los jóvenes estudiantes que, provenientes de los más remotos rincones del mundo, buscan una enriquecedora experiencia, menos académica que social. En efecto, la vida cosmopolita de una ciudad universitaria, en contraste con el carrinclón reaccionario y carca de pueblos y urbes castizos, es una de las pocas visiones que mantienen mi fe en una sociedad más sensata, emanada y levantada necesariamente por una generación postmoderna, desligada de los traumas y prejuicios de otros tiempos moribundos.

Recuerda el Sena, a su paso por Rouen, aromas de París, ese gran monstruo frío y cautivador, y nos cuenta historias de su apacible paso por el pequeño Vernon. Contemplando desde esa soleada orilla los cipreses de la otra vera, a los que aún percibo como muy lejanos, pensaba en la inexorable fuerza con la que las aguas arrastran hacia el mar, y a la vez en cómo un minúsculo abrojo es capaz de cambiar, desde su remoto nacimiento, el curso de un río. Y me pregunto cuál fue el abrojo de mis aguas...

Entretanto, seguiré pescando cual ánade distraido esperando el próximo tren hacia ninguna parte.

Platón, todo lo que representa y la madre que lo trajo

Siempre he detestado con toda mi alma a Platón. Es de esos odios que gozas y en los que te regodeas con ese placer que sólo la indignación es capaz de generar con tanta voluptuosidad. Ciertamente le desprecio a él y, sobre todo, a cuanto representa. Significa el triunfo de cuanto depravado puede crear la conciencia humana, desde el elitismo más arrogante y mezquino al perverso y absurdo idealismo más alienante, tan despreciativo de la vida, actitud que, en definitiva, todo cortoplacista que se precie ha de denunciar y que, como no cabía de otra manera, para ello aprovecho el foro que me brinda graciosamente la red, por lo que proclamo a los cuatro vientos cibernéticos:

ME CAGO EN PLATÓN Y EN TODO LO QUE REPRESENTA

Nada es más depravado que el idealismo porque supedita a la realidad sensible, a la vida en definitiva, respecto a ideas preconcebidas, inalterables, inexcrutables la mayor de las veces, que no se desprenden de ésta y con la que, constantemente se da de bruces. Hay un músico por ahí que lo dice con mucho más salero que yo, dónde va a ir a parar:

Creí que me había equivocado,
luego pensé
que estoy bien aquí en mi nube azul.
Todo es como yo lo he inventado
y la realidad trozos de cristal
que al final hay que pasar descalzo.

Éste es el feo vicio del amor platónico, que en vez de gozar de la vida y sus placeres, de compartir con otra persona momentos enriquecedores, tanto agradables como árduos, lo bueno y lo malo de las relaciones humanas, prefiere crear una cómoda e irreal idealización de una persona a modo de tótem venerable, para dirigir unos hipócritas actos onanistas espirituales. No cabe duda que es una patada a la vida y sus placeres y desde este foro del cortoplacismo nos vemos obligados a denunciarlo y con él a todas las alienaciones que en torno a la idealización sentimentaloide se generan.