De los viajes súbitos y efímeros
Siempre es interesante reencontrarse con uno mismo indagando en el interior de los demás y descubrirse con sorpresa ante lugares y situaciones otrora desconocidos. Comprender mis propias reacciones me ayuda a asumirme, pero también amplía mi limitada capacidad de reflexión. Será por eso que adoro viajar...
Es la Normadía una tierra húmeda y rica, que se sobrepone con fuerza a sus circunstanciales moradores. Éstos han sabido respetarla y cabalgar a su lomo, y son grandes amantes de la sidra y el Calvados. La paz del Sena embriaga, y los bosques en primavera hacen pequeñas las paletas de los impresionistas, tal es su riqueza.
Rouen brilla con fuerza prestada por los jóvenes estudiantes que, provenientes de los más remotos rincones del mundo, buscan una enriquecedora experiencia, menos académica que social. En efecto, la vida cosmopolita de una ciudad universitaria, en contraste con el carrinclón reaccionario y carca de pueblos y urbes castizos, es una de las pocas visiones que mantienen mi fe en una sociedad más sensata, emanada y levantada necesariamente por una generación postmoderna, desligada de los traumas y prejuicios de otros tiempos moribundos.
Recuerda el Sena, a su paso por Rouen, aromas de París, ese gran monstruo frío y cautivador, y nos cuenta historias de su apacible paso por el pequeño Vernon. Contemplando desde esa soleada orilla los cipreses de la otra vera, a los que aún percibo como muy lejanos, pensaba en la inexorable fuerza con la que las aguas arrastran hacia el mar, y a la vez en cómo un minúsculo abrojo es capaz de cambiar, desde su remoto nacimiento, el curso de un río. Y me pregunto cuál fue el abrojo de mis aguas...
Entretanto, seguiré pescando cual ánade distraido esperando el próximo tren hacia ninguna parte.
2 comentarios:
Profundo pero, a la vez, claro como el agua que corría por el Sena atravesando Vernon, con su espectacular bella fauna. En la orilla del río una antítesis, la vida unida a la muerte. Los patitos revoloteando siguiendo a su madre; más alejado, en el borde, el cuerpo inerte de un pez.
Ahora sé que, en algún momento, todo vuelve a su origen.
Imaginación, por Luis Eduardo Aute
"You may say I'm dreamer". John Lennon.
Yo quise imaginarme
como tú en tu canción,
un mundo sin fronteras,
sin patrias ni banderas,
un pueblo sin nación.
Yo quise imaginarme
la Gran Revolución
que derribara el muro
que levantó el más puro
derecho de admisión.
Yo quise imaginarme,
como tú en tu canción,
que aún queda la inocencia
de creer en la existencia
de un dios sin religión.
Yo quise imaginarme
infiel a la lección
que afirma que la vida
es sólo un viaje de ida
a ninguna estación.
Pero ya lo ves,
mi querido John,
nada es lo que es,
todo es sinrazón,
todo está al revés,
nada es corazón.
Han pasado los años,
los gozos y los daños
pero tu canción
sigue viva ahí
nada pudo el F.B.I.,
sigue cantando
sólo creo en mi
imaginación.
Yo quise imaginarme,
como tú en tu canción,
extintas la avaricia,
el hambre, la codicia,
la guerra y la ambición.
Yo quise imaginarme
en paz, sin posesión,
sin látigo ni dueño,
tan sólo atado al sueño
que soñó tu razón.
Pero ya lo ves,
mi querido John,
nada es lo que es,
todo es sinrazón,
todo está al revés,
nada es corazón.
Han pasado los años,
los gozos y los daños
pero tu canción
sigue viva ahí,
nada pudo el F.B.I.,
sigue cantando
sólo creo en mi
imaginación
"I just belive in me..."
Imaginación.
http://www.youtube.com/watch?v=jEOkxRLzBf0
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