De la anécdota, categoría
Extraer de la anécdota categoría y reducir cualquier fenómeno a tal accidente no es solamente un problema epistemológico, sin duda, lo es también psicológico(aunque, bien mirado, habría que ver si la epistemología y la psicología es lo mismo). La cuestión es que es una falta de confianza y buen rollo agarrarse a esa anécdota para menospreciar a alguien. Eso nos obligaría a todos, precisamente, a procurar dar una imagen falsa, perfecta, eso sí, pero falsa cual duro sevillano. Y como nadie pretende ser un ejemplo moral para engrosar las bibliotecas de hagiografías edificantes, más vale hacer caso al cachondo aquel de la paja del ojo ajeno. Si la cuestión es tener ojeriza, asumámoslo, el odio es irracional y no tiene por qué nacer de la superioridad.
1 comentario:
Ya, pues yo sigo pensando que es un pringao, y en el fondo, si intentas ser sincero contigo mismo te darás cuenta que tú también piensas que lo único que le pasa es que es un fantasma con falta de seguridad y atención. SE LE VEÍA A LEGUAS, LÁSTIMA QUE LOS TIOS EN VEZ DE DAROS CUENTA DE ESTAS COSAS TENDÁIS A IDOLATRAR A PRINGAOS COMO ESTE
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