No me toques los cojones, digo, la identidad.
Estaria bé que vostès aparquessin una mica la seva mania per la identitat,
perquè només en parlen vostès, la seva obsessió per la llengua, perquè només
en parlen vostès i que comencessin a preocupar-se, per exemple, de la seguretat o no seguretat en els productes, de la higiene i de la salut, que això sí que preocupa la gent, el cent per cent de la gent.
Por varias cosas, resultan reveladoras estas palabras que Carod dedicó a la interpelación del Diputado José Domingo de C's en el último pleno del año del Parlamento catalán sobre el régimen lingüístico sancionador de la Generalidad.
Vayamos por partes. En un primer lugar resulta encomiable la voluntad de unidad en la acción y discurso del Gobierno tripartito, al menos, en lo que a C's se refiere. En el debate de investidura Montilla ya brindó la acusación de que C's sólo hablaba de identidad tras la primera intervención de Rivera. El hecho de que difícilmente esa acusación se correspondiera con el discurso del portavoz del grupo mixto y que se haya repetido en el siguiente pleno por parte del representante de otro partido de la autoproclamada Entesa Nacional induce a pensar que el entendimiento del tripartito llega, cuanto menos, a la estrategia a seguir con los adversarios políticos. De esta forma, la coalición gobernante se limita a repetir la misma consigna, que si bien es toscamente poco representativa de la realidad, confían que la máxima que popularizó Goebbels, sobre las mentiras muy repetidas que se convierten en verdad, le permita calar el mensaje en la ciudadanía.
Continuemos, que la cosa no se queda, ni mucho menos, aquí. Resulta realmente sorprendente que con lo que ha llegado a ser Carod y con lo que representa ERC vengan ahora a oponerse a los discursos identitarios y centrados en la lengua. ¿Tendrán mala conciencia? Desde luego, si resulta que este partido nos ofrece ahora un acto de contrición y reniega de este tipo de políticas, no me cabe la menor duda que C's se podrá dar por satisfecho al conseguir de forma tan fulminante uno de sus objetivos. Ahora bien, me temo que no podemos lanzar las campanas al vuelo, viendo, sin ir más lejos, las atribuciones que se ha concedido el flamante Vicepresidente, por lo que habrá que intentar meterse en la estructura mental nacionalista para entender cómo pueden lanzar semejantes acusaciones sin sentir ni un ápice de vergüenza.
El problema es que el Vicepresidente no se da cuenta de que C's no habla de identidad, sino de otra cosa con la que, quizá, no esté demasiado familiarizado: La libertad, idea que ya le sugirió el diputado de C's. Lo que pasa es que en el esquema mental de uno de nuestros ínclitos nacionalistas no puede dejar de relacionar lengua con identidad, para ser más concretos, no puede dejar de relacionar lengua con SU identidad. Así es que les hace una desiderata a los para él, odiosos diputados de C's: Está claro que agradecería que C's no hablase de lengua porque no cabe duda que le incomodan sus posturas. Algo así como, no me toquen mi identidad... Se conoce que esos temas son exclusivos del nacionalismo, dogmas indiscutibles, por lo que nos concede la seguridad del consumidor, mucho más edificante, dónde va a parar, y sin lugar a dudas mucho más prioritario. Ojalá se aplicase el cuento. Luego, en su confusión, coge y reflexiona que estaría bien despolitizar la lengua. Atiza, y lo dice un vicepresidente que tiene atribuciones en política lingüística. Menos lobos, Carod, lo que no quieres es que se discuta la política nacionalista.
Resulta, a pesar de la voluntad del presi de ERC, que uno de los colectivos que representa C's es el de esos catalanes que no compartimos esa politización de la lengua. Para despolitizar la lengua lo que deberían hacer es no tener política lingüística y defender la libertad, cosas que, me huelo, sólo serían capaz de hacer estos andovas de C's.
1 comentario:
¿Qué van a decir? De tanto gritar, han acabado agarrotados por una laringitis de órdago. Ahora parecen proclamar subreptíciamente: ¡Extra! ¡Extra! ¡Nos roban la idea! Sí, se la robamos, pero en sentido contrario. La idea es denunciar la prostitución de una forma de conciencia colectiva con la que no todos comulgamos, que pasa por identificar a toda una sociedad con los principios que una caterva de ideológos exacerbados han vendido a precio de saldo para eludir sus propias resposabilidades político-sociales. Qué problema hay en que se hable en castellano o en catalán en Cataluña. Absolutamente ninguno. Así es que, si me lo permitís, voy a hablar de lo que me salga de los huevos, y lo haré en catalán o en castellano, y a todo aquel que me quiera sancionar por elegir una lengua u otra, le daré un corte de mangas constitucional, porque, al fin y al cabo, la Constitución es el mejor corte de mangas.
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