La permanencia de la estupidez
... 14 meses después, ETA anuncia el fin del "Alto al fuego permanente".
La curiosa transitoriedad de un alto al fuego... ¿permanente?. Tan permanente que no se interrumpió ni mediante un atentado con doble asesinato en la T4 de Barajas. Un alto al fuego que no ha rebajado ni una sola de las pretensiones de la banda asesina. Ni las pretensiones, ni el trabajo de a pie: han seguido extorsionando a empresarios, han seguido robando armas, han seguido adiestrando delincuentes, han seguido amparando y justificando la violencia y han seguido tratando de saltarse la ley electoral por todos los medios. Eso sí, entretanto hemos puesto en la calle a un asesino porque el pobrecito padecía desnutrición. ¿Volverá a la cárcel ahora, o eso también es "permanente"?
A veces las cosas son como parecen. Los locos, los asesinos, los antidemócratas no conocen la negociación democrática. Conocen el chantaje y la extorsión. Pretender sentarlos en una mesa a dialogar es una bonita pretensión, pero a la vez inútil. Inútil, claro está, siempre que no se esté dispuesto a dar contrapartidas políticas, cosa que el Gobierno, esta vez, ha demostrado, por más que el PP se entestase en llenar de basura la prensa.
Seamos claros. Zapatero (o mejor dicho, el PSOE) ha sido un grandísimo cabronazo que estudió con detalle una estrategia que podía haber sido electoralmente muy rentable. ¿Podía haber funcionado? No creo que tengamos elementos de juicio suficientes. Sin embargo, todo este proceso ha dejado cuatro cosas claras:
- Dos muertos en 14 meses. Por lo menos, durante un tiempo, los asesinos han asesinado menos. Eso siempre es positivo.
- La actitud goebeliana del PP no ha ayudado en nada, más bien al contrario. Son exactamente igual de culpables del mismo delito: anteponer la rentabilidad electoral a todo lo demás, ya sea la solución del conflicto (es decir, el fin de ETA) o la propia estabilidad interna del país (léase España).
- No ha habido contraprestación política alguna. Ni candidaturas electorales, ni estatutos, ni legalizaciones. En todo caso, alguna contraprestación judicial que espero que se retrotraiga ahora.
- El proceso ha dejado claro que ETA jamás abandonará las armas, que sus peticiones son y serán antidemocráticas, que no escucharán gestos de los demócratas (ahora ya está demostrado, que no se vuelva a decir lo contrario) y que hace falta un pacto de estado para combatirlos con el peso de la ley. Se ha puesto en boga un tema que los años habían ido apartando del debate, hasta el punto de que el asesinato y la extorsión en el País Vasco parecían algo natural.
Todo ello acaba con una conclusión clara, pero que mucho me temo que los grandes partidos no piensan cumplir. Ahora es el momento de recuperar un pacto antiterrorista de estado y cerrar algunas fisuras de la crispación. Pero eso requiere del compromiso de todos, especialmente de PSOE y PP y, la verdad, no los veo por la labor.
Para mi es capital: fin del revanchismo y la crispación. Los demócratas no somos enemigos, sino rivales, y tenemos que comprometernos mediante pactos estables en los grandes temas de estado. Si el PP fuera un partido digno, ahora no pediría dimisiones: ofrecería pactos. Y si el PSOE fuera un partido digno, los asumiría.
Si seguimos dándole a ETA el poder de decidir por su cuenta el gobierno de toda España, estaremos apagando el fuego con bidones de gasóleo. Exactamente lo mismo que si seguimos considerando víctimas a los verdugos, opción política al terrorismo o luchadores a los delincuentes. Ahora más que nunca, la democracia exige responsabilidad, dignidad y unidad.
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